¿Qué es la Parvovirosis Canina?
La parvovirosis canina es una infección vírica grave que afecta principalmente a perros, sobre todo a cachorros, debido a su baja inmunidad. Esta enfermedad provoca una gastroenteritis severa, con síntomas como vómitos, diarrea hemorrágica, letargo y deshidratación extrema.
Transmisión y Diagnóstico
El virus se transmite por contacto directo con los excrementos de un perro infectado. Su resistencia en el ambiente hace que la transmisión sea fácil, pudiendo sobrevivir durante meses en condiciones adecuadas. El diagnóstico se basa en los síntomas clínicos, además de pruebas como hemogramas y tests específicos como ELISA o PCR para confirmar la presencia del virus.
Tratamiento de la Parvovirosis
Aunque no hay un tratamiento específico para erradicar el virus, el tratamiento se centra en el apoyo sintomático para mitigar los efectos de la enfermedad. Esto incluye fluidoteràpia para combatir la deshidratación, medicamentos para controlar los vómitos y la diarrea, así como antibióticos para prevenir infecciones secundarias.
Prevención de la Parvovirosis
La mejor estrategia contra la parvovirosis es la vacunación. Se recomienda empezar el calendario de vacunación de los cachorros entre las 6 y 8 semanas de vida, con dosis subsiguientes cada 2-4 semanas hasta las 16 semanas de edad. Además, mantener una buena higiene y evitar el contacto con perros infectados son claves para prevenir la transmisión del virus.
Soluciones naturales para rehidratar un perro con parvovirosis
En situaciones donde no se disponga de suero comercial, se puede preparar una solución hidratante casera para compensar la pérdida de salas minerales y glucosa. Esta alternativa no sustituye a los tratamientos médicos, pero puede ser un apoyo en casos de deshidratación tanto en cachorros como en perros adultos.
Para la preparación de este suero necesitarás:
– 1 litro de agua de manantial
– 1 cucharadita de sal
– 3 cucharadas de azúcar
– 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
– Zumo de medio limón
Empieza hirviendo el agua y retírala del fuego una vez hierva. Trasvásala a un contenedor de vidrio -evita el uso de plástico- y añade los ingredientes restantes, removiendo hasta su completa disolución. Espera a que la mezcla se enfríe un poco.
Este líquido está destinado a ser bebido por el perro, puesto que no es adecuado para la administración intravenosa. Si el perro se muestra reticente a beber, introduzca la solución en la boca con una jeringuilla sin aguja por el lateral de la boca, administra el líquido cono cuenta. Este suero casero solo se mantiene durante 24 horas, necesitando una nueva preparación después de este período.
Otras opciones para mantener hidratado a un perro afectado por parvovirosis incluyen ofrecer cubitos, helados naturales o bebidas isotónicas, que pueden ser más atractivos para el perro y ayudar a la reposición de electrólitos, especialmente si la enfermedad no es muy avanzada.
Cuando un perro está afectado por el parvovirus, es común que pierda el apetito debido al malestar y los vómitos que acompañan a la enfermedad. Los expertos en veterinaria a menudo aconsejan restringir la alimentación durante las primeras 24 a 48 horas, momento en el que el virus es más perjudicial, especialmente para el tracto digestivo. Pasado este tiempo crítico, se puede empezar a introducir comer de forma paulatina para evitar agraviar la situación de la mucosa intestinal.
Dieta para perros con parvovirosis
Para facilitar la recuperación, deberíamos preparar una dieta suave que sea fácil de digerir y baja en proteínas y grasas. Aquí tiene algunas opciones:
– Caldo de pollo casero: Este alimento no sólo nutre sino también hidrata.
– Pollo cocido desfilado: Ante la debilidad del perro, puede ser necesario alimentarlo a mano.
– Arroz blanco hervido: Puede mezclarse con pollo para facilitar la ingestión.
– Verduras como la zanahoria, calabaza o patata: Todas ellas deben ser de fácil digestión.
– Pescado blanco hervido: Éste debe estar bien limpio de piel y espinas.
Después de las primeras 24 horas, es recomendable empezar con el caldo de pollo, quizás con la ayuda de una jeringa si el perro no quiere beber. Superadas las 48 horas, se introducirán los alimentos poco a poco, empezando por el pollo, que suele ser del agrado de los perros, y después añadiendo progresivamente el resto de opciones. La comida de lata prescrita por veterinarios también puede ser una buena opción.
¿Cómo alimentar a un perro con parvovirosis?
La clave es la paciencia y la constancia. Es preferible pequeñas cantidades de comida varias veces al día que lo contrario. A medida que el perro se vaya recuperando, se puede ir ajustando la frecuencia y la cantidad de comida.
Si, a pesar de todos los esfuerzos, el perro no muestra interés en comer, se hace imprescindible la visita al veterinario para que, si es necesario, se pueda recurrir a la nutrición parenteral, es decir, la nutrición administrada por vía intravenosa.
Conclusiones
La parvovirosis canina es una enfermedad seriamente peligrosa para los perros, especialmente para los más jóvenes. Un diagnóstico precoz y un tratamiento soporte adecuado son vitales para aumentar las posibilidades de recuperación. Sin embargo, la prevención mediante la vacunación y medidas higiénicas son la herramienta más poderosa para proteger a nuestros compañeros caninos de esta grave enfermedad.
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